Editorial

Publicado
2023-01-01

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Durán Chiappe, S. M. y Fandiño Cubillos, G. (2023). Editorial. Pedagogía y Saberes, (58), 7–8. https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848

ACM

[1]
Durán Chiappe, S.M. y Fandiño Cubillos, G. 2023. Editorial. Pedagogía y Saberes. 58 (ene. 2023), 7–8.

ACS

(1)
Durán Chiappe, S. M.; Fandiño Cubillos, G. Editorial. Pedagog. saberes 2023, 7-8.

ABNT

DURÁN CHIAPPE, S. M.; FANDIÑO CUBILLOS, G. Editorial. Pedagogía y Saberes, [S. l.], n. 58, p. 7–8, 2023. Disponível em: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848. Acesso em: 19 abr. 2024.

Chicago

Durán Chiappe, Sandra Marcela, y Graciela Fandiño Cubillos. 2023. «Editorial». Pedagogía y Saberes, n.º 58 (enero):7-8. https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848.

Harvard

Durán Chiappe, S. M. y Fandiño Cubillos, G. (2023) «Editorial», Pedagogía y Saberes, (58), pp. 7–8. Disponible en: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848 (Accedido: 19 abril 2024).

IEEE

[1]
S. M. Durán Chiappe y G. Fandiño Cubillos, «Editorial», Pedagog. saberes, n.º 58, pp. 7–8, ene. 2023.

MLA

Durán Chiappe, S. M., y G. Fandiño Cubillos. «Editorial». Pedagogía y Saberes, n.º 58, enero de 2023, pp. 7-8, https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848.

Turabian

Durán Chiappe, Sandra Marcela, y Graciela Fandiño Cubillos. «Editorial». Pedagogía y Saberes, no. 58 (enero 1, 2023): 7–8. Accedido abril 19, 2024. https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848.

Vancouver

1.
Durán Chiappe SM, Fandiño Cubillos G. Editorial. Pedagog. saberes [Internet]. 1 de enero de 2023 [citado 19 de abril de 2024];(58):7-8. Disponible en: https://revistas.pedagogica.edu.co/index.php/PYS/article/view/18848

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Hablar de las mujeres y sus aportes tanto en la educación como en la pedagogía en los albores del siglo XX permite reconocer y comprender, desde varias perspectivas: histórica, filosófica, antropológica, sociológica, psicológica, el contexto y la época que configura la emergencia de un saber pedagógico. Al respecto, lo primero que habría que decir es que la educación de los primeros años, fue una lucha política de las mujeres, quienes defendieron no solo el derecho al cuidado, sino a la educación de los más pequeños, entre otras luchas propias de ese momento histórico, como el derecho de las mujeres a trabajar, a ser profesionales y hasta a votar en las elecciones de sus países.

Esta lucha de Montessori fue antecedida por Fröbel, discípulo de Pestalozzi, quien acompañado por mujeres que desde movimientos progresistas en el siglo XIX dieron origen al primer Jardín Infantil, el cual fue también escenario de práctica para una Escuela Normal en Alemania. Esta situación permitió el tránsito de la educación inicial desde una esfera privada situada en el seno de la familia como lo propusieron, entre otros, Comenio en el siglo XVII, Rousseau y Pestalozzi en el XVIII, hacia una esfera pública en instituciones organizadas y pensadas para este fin, como lo propuso Fröbel un siglo más tarde en Alemania.

María Montessori aportó de manera fundamental en la comprensión de los tiempos y espacios, base para comprender el trabajo pedagógico en la educación inicial en tanto son diferenciados de los espacios de la familia y poseen características desde las cuales se hace posible reconocer la identidad que configura la educación de los más pequeños.

Es importante subrayar que, el método de la pedagogía científica, se ha instaurado como un referente para estructurar marcos de comprensión que permiten hacer lecturas actualizadas sobre la formación de maestros. Su trabajo ha sido ampliamente difundido y reconocido pues revolucionó la educación en Italia y en varios países de Europa, Asia y América a comienzos del siglo XX.

En el estudio de la historia de la educación y la pedagogía María Montessori (1870-1952) ocupa un lugar central desde sus postulados en los cuales se hace evidente su interés por una educación que tuviera en cuenta el trabajo pedagógico alrededor de los sentidos, la observación como base del método científico, los materiales, la disposición del ambiente, el acercamiento a la naturaleza y a las actividades cotidianas como aspectos medulares de una propuesta educativa que, lejos de concepciones espontaneistas, abrió las puertas para pensar que en marcos estructurados, intencionados y planificados es posible el aprendizaje y la experiencia de los primeros años.

Montessori fue una mujer que cambió en gran medida la forma como se trabajaba con la infancia en la educación preescolar y primaria. Sus planteamientos pedagógicos se constituyeron en referentes para la formación inicial, permanente y avanzada de maestros en Escuelas Normales y en las Facultades de Educación de diferentes Universidades en todo el mundo. Su obra pedagógica nació, maduró y se potenció desde la escuela y no a espaldas de ella; en la Casa dei Bambini tomaron vida los principios pedagógicos que sustentaron su método: la conquista de la autonomía, la organización del espacio, el mobiliario a la medida y el material con el principio de la autocorrección.

En contraste con lo anterior, es pertinente no dejar escapar algunas de las críticas más importantes a su vida y obra; la primera: relacionada con el uso mecánico de los materiales que los reduce y limita a unos procedimientos estrictos dentro del aula; la segunda, asociada a la limitación del material en oposición al método Decroly o al sistema de juegos de Fröbel que brindan un sinnúmero de posibilidades de crear e imaginar mundos posibles; la tercera crítica se enfoca en el inexistente desarrollo alrededor del juego espontáneo infantil y el arte, para Montessori el juego no era serio y los materiales que son parte integral de su método no eran juguetes, denominarlos así significaba restarles el carácter científico por el que ella trabajó gran parte de su vida.

Es difícil entender la obstinación de Montessori en menospreciar el valor del juego espontáneo como posibilidad de elaborar y de reelaborar el mundo, así como de reconocerlo a manera de experiencia social y cultural. Incluso si se le compara con una de las pedagogas más relevantes de la Escuela Maternal francesa, como Pauline Kergomard, quien, en la misma época manifestaba que el juego espontáneo es el trabajo de los niños.

La cuarta crítica se ubica en la individualización, fuertemente cuestionada por William Kilpatrick, quien hacía explícito el riesgo de desdibujar proyectos culturales construidos en pequeños grupos, esta crítica que se hace en general a los planteamientos del movimiento de Escuela Nueva no fue generalizada para todos los pedagogos escolanovistas. Pese a ello, es importante señalar que la idea de que cada individuo es único e irrepetible está totalmente en sintonía con aquella en la que insistía Montessori sobre la importancia de construir sociedades más solidarias y justas.

La última crítica se ubica en las relaciones de Montessori con Mussolini, más que por convicción, por conveniencia. Como lo explica Cristina de Stefano, al fascismo le interesaba contar con una pedagoga de reconocimiento mundial y a Montessori que sus escuelas tuvieran la importancia que se les otorgaba en otros países; sin embargo, cuando se dio cuenta que las Casas de los Niños, querían utilizarlas dentro del régimen fascista con fines de adoctrinamiento se opuso vehementemente y fue condenada a vivir en el exilio en diferentes países europeos.

Finalmente, es importante reconocer que el legado de Montessori se constituye en patrimonio para la educación y la pedagogía, que merece ser estudiado, investigado, problematizado y resignificado en el marco de la formación de educadores y este es el sentido de este número de la revista Pedagogía y Saberes, que permitirá al lector transitar por algunos aspectos significativos de la vida y obra de María Montessori, fuente de inspiración incluso en obras literarias de gran relevancia:

El consuelo fue que en Cataca habían abierto por esos años la escuela montessoriana, cuyas maestras estimulaban los cinco sentidos mediante ejercicios prácticos y enseñaban a cantar. Con el talento y la belleza de la directora Rosa Elena Fergusson, estudiar era algo tan maravilloso como jugar a estar vivos. Aprendí a apreciar el olfato, cuyo poder de evocaciones nostálgicas es arrasador. El paladar, que afiné hasta el punto de que he probado bebidas que saben a ventana, panes viejos que saben a baúl, infusiones que saben a misa. En teoría es difícil entender estos placeres subjetivos, pero quienes los hayan vivido los comprenderán de inmediato. No creo que haya método mejor que el montessoriano para sensibilizar a los niños en las bellezas del mundo y para despertarles la curiosidad por los secretos de la vida.

(Gabriel García Márquez, 2002).

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