De huérfana a estudiante: un testimonio del empoderamiento que trasciende después de la debida instrucción

En el hospicio las cosas pueden ser mejor; algunas monjas son demasiado violentas para exigir orden. Dolores, siempre tiene la regla en la mano. No le gusta que las niñas se sienten con las piernas abiertas o encorvadas. Siempre nos mira de reojo, por encima del hombro, con odio. Pregona que aquí la gracia divina a ninguna la dotó de entendimiento y perspicacia. Grita que la invencibilidad es lo único que se respira en estos pasillos.